FILICIDIO EN SAN LUIS
Un mes de los crueles crímenes de Bautista y Sofía: una hipótesis firme y la pericia del segundo celular
Mientras Marina Silva permanece detenida, la investigación por el asesinato de sus hijos avanza. Se conocieron los resultados de los exámenes toxicológicos y se realizó el análisis de un teléfono encontrado en el lugar del hecho.
Este viernes se cumplió un mes del homicidio de Bautista Silva Funes (2) y Sofía Ojeda Funes (7) en manos de su madre, la subinspectora de la Policía, Marina Silva. Todo transcurrió en la vivienda donde residían, en el barrio Los Fresnos, en la ciudad de Juana Koslay.
Casi el mismo tiempo tiene de transcurrido la Investigación Penal Preparatoria (IPP) que lleva adelante la fiscalía de Instrucción N°4, a cargo de María del Valle Durán para establecer con claridad todo lo que ocurrió la mañana del 1° de octubre, los momentos previos y el motivo que desencadenó un hecho tan cruel.
Un mes después, no hay dudas sobre la autoría y sobre cómo la policía concretó el crimen. “Seguimos en la línea de que ella mató a sus hijos con su arma reglamentaria”, afirmó la representante del ministerio Público Fiscal a El Chorrillero. Sin embargo, aguardan los resultados y la concreción de diferentes pericias.
Lo cierto es que todo había sido planificado por Silva. Así lo reflejaba cada lugar de la vivienda 36, en la manzana 7 de ese barrio. Una garrafa celeste que había sido abierta para provocar la somnolencia de los pequeños y todo ordenado para cuando arribara la Policía y su familia al lugar.
La mujer había dejado dos carteles con la leyenda “no entres” y “llamá a la Policía, no entres”. Uno estaba en la ventana y otro en la puerta blanca que tenía en el patio, entre unas pequeñas rejas y el vidrio.
En la mesa del comedor había dejado su documento y el de los niños, los tres ordenados, y a un costado su credencial de policía. La carta, donde hacía referencia a las deudas y pedía perdón, estaba escrita en un cuaderno ABC. La hoja ni siquiera había sido arrancada. Algunas frases tenían un tamaño mas grande que las demás.
En el dormitorio, el peor escenario. Bautista y Sofía estaban sin vida sobre la cama. Ambos recibieron dos disparos que terminaron impactando sobre el suelo. Como silenciador había usado una almohada y un toallón.
Ella fue hallada en el dique Cruz de Piedra. Hasta el lugar había llegado con una mochila. Dentro tenía un toallón azul y una sábana color beige con marrón que tenía uno de los extremos atado. Con ella llevaba su arma reglamentaria.
Si bien en el dique tiró su celular, la Policía encontró un segundo teléfono dentro de su vivienda. Ese dispositivo fue peritado por el departamento de Delitos Complejos el viernes por la mañana. Las conclusiones se conocerán en los próximos días.
En paralelo, la Fiscalía aguarda por las grabaciones de cámaras públicas, la pericia caligráfica (para determinar si ella escribió la carta y los carteles), un análisis de la Unidad de Perfiles Criminales de la Policía Federal, la pericia psicológica y psiquiátrica de Silva y entrevistas con efectivos y familiares de la mujer.
Por otro lado, se remitieron los resultados toxicológicos de las muestras que extrajeron a la subinspectora y que fueron analizadas en el Laboratorio Químico Legal de la Policía Científica. Uno de ellas se realizó mediante el método inmunocromatográfico y arrojó negativo para anfetaminas, cocaína, morfina, antidepresivos y fenciclidina. El dosaje de alcohol en sangre tuvo la misma conclusión.
“Vemos que no ha estado bajo los estados de estupefacientes tampoco así alcoholizada. De esto sumado al tiempo de ejecución de su plan criminal se desprende que claramente la homicida ha actuado lúcida, pudiendo comprender la criminalidad del acto, sabiendo muy bien lo que hacía”, sostuvo el abogado que representa a los padres de los pequeños, Esteban Bustos.
El letrado transmitió que ambos padres “se encuentran totalmente destruidos, sin entender el porqué de lo sucedido”. “Mantenían entre ellos una comunicación frecuente, una relación fluida en el mejor de los términos, ayudándola siempre ante cualquier necesidad de los menores, procurando que nada les faltara, eso consta en cada conversación que tenían”, aseguró.
“Lamentablemente los menores han sido despojados de la manera más cruel e inhumana del bien jurídico protegido más preciado que una persona pudiera tener, el derecho a vivir, con el plus de que la autora material de los crímenes ha sido la propia madre”, cuestionó.
Silva está imputada por homicidio doblemente calificado por el vínculo y por alevosía, agravado por el uso de arma de fuego. Rige sobre ella una prisión preventiva por el plazo de 120 días.
Dentro del Servicio Penitenciario, una de sus comunicaciones frecuentes es con su madre que vive en Buenos Aires. La última vez que hablaron fue el jueves. Justamente a ella le había transmitido que no iba a atentar con su vida y enfrentaría el proceso judicial en su contra.